Rusia: Puntos de experiencia
¿Qué es una cosa con la que siempre soñaste desde pequeño, un lugar o evento que pensaste seria una gran experincia? Como aficionado al futbol, de manera apasionada he seguido la Copa Mundial de futbol cada 4 años a traves de la television, imaginando como seria estar fisicamente en el pais sede mientras el evento ocurre alrededor.
Uno de los principales motivos para esta aventura de 6 meses por Europa era la Copa Mundial 2018 a celebrarse en Rusia. Hace 2 meses habia llegado a Irlanda, donde monte mi motocicleta y comence este viaje hacia el este, atravesando asombrosos escenarios, conociendo increibles personas, y, de manera inevitable, lidiando con algunos dias dificiles, pero ahora, ahora estaba cruzando la frontera de Ucrania a Rusia.
Entre al pais por el sur, en Troyenortboye, y despues de 3 horas esperando que aduanas revisara la documentacion de mi motocicleta y estampara mi pasaporte, me encontraba en el ultimo tramo de 500 kilometros hacia Moscu. Durante ese camino, una carretera principalmente recta que pasa por paisajes rurales aparentemente interminables, pense acerca de como me sentia por haber llegado a Rusia. Definitivamente era un hito en este viaje, para nada el objetivo final, pero si uno para marcar en la lista. Me sentia realizado.
Cuando era un niño, creia que las metas cumplidas nos cambiaban instantaneamente, nos transformaban en mejores individuos. Como el personaje de algun video juego que “sube de nivel” despues de acumular puntos de experiencia, el personaje inmediatamente recibe mejoras con las que no contaba 2 segundos atrás. Conforme crecí, me di cuenta que esta no es la forma en que funciona la vida real. Cuando concluia un año escolar y pasaba al siguiente, era la misma persona del dia anterior, no “subia de nivel” ni recibia mejoras en un abrir y cerrar de ojos. Cuando me gradue de la escuela de enfermeria, no me transforme en un enfermero de un minuto al otro. Un papel o licencia no es lo que determina a un enfermero, son el conjunto de las experiencias por las que he pasado, las lecciones aprendidas, y momentos vividos lo que me hace un enfermero.
Sin restarle merito al hecho de haber llegado a Rusia, la meta cumplida fue un trabajo progresivo; era esencialmente la misma persona que apenas estuvo en Ucrania, pero alguien diferente de aquel hombre que llego a Irlanda hacia 2 meses, y diferente aun de la persona que sere en 4 meses, cuando al fin regrese a casa.
Las distancias en Rusia son tremendas, es un pais enorme. Por esta razon, y por el tiempo limitado entre un partido y otro, le di un descanso a la motocicleta en Moscu y tome el tren o vuelos de una ciudad a otra, siempre siguiendo al equipo nacional de Mexico. Este camino me llevo a diversas ciudades. Por ejemplo, la capital, Moscu, su Plaza Roja y la vista de los edificios alumbrados durante un tour nocturno.
Otra ciudad sede que visite fue Rostov, la cual, según leí, es una de las ciudades que mas aporta mujeres a los concursos de belleza del pais. Al estar en Rostov algunos dias, pude ver por que. Este pais es tan vasto, que no solo se encuentra en Europa, sino que tambien forma parte de Asia, lugar al que tuve la oportunidad de visitar cuando Mexico jugo en Ekaterinburgo. El ultimo partido que atendi fue en Samara, una ciudad de calor excesivo, algo que no me esperaba.
La memoria mas importante con que me quedo de esta experiencia, no es la Copa Mundial en si, o la piel de gallina que tenia al escuchar el himno nacional antes de cada partido, y tampoco son los destinos de viaje. Lo que mas recordare son lo ciudadanos Rusos y su calurosa amabilidad. En Moscu, tuve el privilegio de quedarme en casa de Helgi y su familia. Juntos, me mostraron su ciudad y constantemente se comunicaban conmigo aun despues de que sali de Moscu. Fue por medio de Helgi que conoci a Eugeniy, con quien me hospede en Ekaterinburgo y me trato como uno mas de sus hijos. La mayoria de los demas Rusos que conoci eran igualmente amables, no solamente los intoxicados de vodka en los bares, sino tambien aquellos en lugares publicos.
“Un brindis”, propuso Helgi una noche que comiamos en su casa de Moscu. “En la presencia de buenos amigos y buena comida, con la luna alta en el cielo, quiero brindar por esa persona que, del otro lado del mundo, donde el sol apenas sale y el, o ella, esta montando sus maletas en su motocicleta para emprender su viaje.” Y asi, bebimos por el buen viaje de esa persona. Ese brindis no solo fue una excusa para beber, sino un deseo genuino por el viaje seguro de alguien que ni siquiera conocemos. Es algo que me deja pensativo; en algun lugar, en este preciso momento, alguien esta saliendo de casa en una aventura propia, con los mismos temores e incertidumbres con las que sali yo, o quiza esta persona hizo una mejor planeacion y tiene menos incertidumbres que yo.
Sali de Rusia por el norte, pasando unos dias en San Petesburgo y sus “noches blancas”, donde el sol se pone pero jamas hay completa oscuridad durante la noche. No solamente tache Rusia de mi lista este mes, sino tambien la Copa Mundial, algo con lo que solo habia soñado. Este habia sido el principal motivo de este viaje, pero aun me restan 3 meses, bastante terreno por cubrir, y muchos puntos de experiencia para “subir de nivel” antes de regresar a casa.
ESTOY ENAMORADA DE ESTE ESCRITOR. ME DELEITO CON SUS NARRACIONES DE EXPERIENCIAS PROPIAS.