Reino Unido: Un Pintoresco Campo
“Estoy tan cerca de Londres, ¡por supuesto que pasaré a visitar!” Aquí escribí “Londres”, pero fácilmente podría ser el nombre de cualquier otra gran ciudad. Esta es una de las cosas que me digo en ocasiones y, si lo siguiera al pie de la letra, terminaría por visitar sitios que siento que tengo que ir, en lugar de sitios que quiero ir. A veces, son lo mismo, pero no siempre. Tal fue el caso cuando pensé en explorar el Reino Unido, donde no tenia el deseo de ver las grandes ciudades, escabulléndome entre las calles abundantes en trafico, y mejor me enfoque en el pintoresco campo.
Subiendo un camino angosto en las lomas del hermoso distrito Peak, observé una apertura en el continuo cercado de piedra que divide todas las propiedades de la zona. Era la entrada a un pequeño valle entre dos lomas verdes y llenas de estiércol seco de ganado. Al fondo del valle habia un árbol solitario con una sombra que me invitaba a relajar. Habia escuchado que acampar en Inglaterra no estaba permitido, pero si comenzaba tarde y me iba temprano, no debería tener problemas. Asi que, hasta el anochecer, disfrute de aquella tarde bajo la sombra del árbol escribiendo, leyendo, y explorando el area, que consistía en una colina tras otra, divididas por el bajo cercado de piedra y angostos caminos por los cuales pocos carros conducían.
Un dia antes, pase la noche en casa de Caroline y sus padres, en Brightlingsea, cerca de Colchester en el sur de Inglaterra. También motociclista, con grandes aventuras por las Américas y Asia, Caroline y yo hablamos durante horas acerca de las similitudes y diferencias que hemos encontrado en nuestros viajes. Nos reímos de la creencia popular que familia y amigos a veces tienen con respecto al modo de viaje de un moto aventurero, donde algunos imaginan que viajamos durante meses con el lujo que alguien viaja por una semana. “Si supieran los lugares donde dormimos y la comida que comemos” dijo ella. Pensé en esto mientras instalaba mi casa de acampar en aquel valle lleno de estiércol seco de vacas. Sin embargo, tenia ese valle completamente para mi, un manto estrellado encima, y la promesa de un gran amanecer la mañana siguiente; supongo que el lujo es subjetivo.
Seguí conduciendo y acampando por las zonas rurales de Inglaterra, como el paso Hardknott y el paso Honister en el distrito Lake, asi como el menos conocido parque Northumberland, hasta eventualmente cruzar hacia Escocia, donde Ian me hospedó cerca de Inverness y me permitió utilizar su casa como un punto de partida hacia el norte de Escocia.
Uno de mis lugares favoritos en este paseo por Europa ha sido, indudablemente, la zona montañosa del norte de Escocia. Las palabras “hermoso” y “asombroso” no son suficientes para describir la zona. Montañas verdes en el horizonte, pequeñas colinas alrededor, obscuras nubes encima, una atmosfera húmeda, un lago de vez en cuando, caminos principales tan angostos que solo cabe un vehiculo a la vez y, si corría con suerte, solitarios caminos secundarios donde éramos solo yo y las ovejas.
Uno de esos días, Ian sugirió que visitara Applecross, un camino de montaña en el noroeste. Camino allá vi mas de la costa de esta zona montañosa, con suave playas y las aguas con el azul mas intenso que jamás he visto. Poco despues del poblado de Applecross, mire cuesta abajo a la carretera abriendo paso entre dos montañas, con un riachuelo junto. Seguramente este era el camino al que Ian se refería, era una vista de una postal, pero mejor, infinitamente mejor.
En el descenso, mire alrededor con asombro y admiración, levante el visor de mi casco porque sentía que estorbaba para apreciar de lleno el espectáculo natural. Despues, apague el motor y permití que la gravedad me llevara cuesta abajo, pues el ruido del motor encendido interrumpía la inmortalización de aquel pequeño pedazo de mundo en mi memoria. Si alguna vez has bajado el volumen a la música en tu carro mientras buscas una dirección por la calle que conduces, sabrás a lo que me refiero con un sentido distrayendo al otro.
Estaba feliz por haber experimentado el norte de Escocia ahora, ya que los locales comentaban que en recientes años hubo una ola de turismo, y parece seguir a la alza. Mi ultima noche en Escocia, antes de abordar el ferry que me llevara a Irlanda del Norte, fue en una granja cerca de Ringford. Ahí, Helen y compañía me hospedaron por una noche, y me deleitaron con una cena al aire libre, seguida de los brownies mas chistosos que he comido, y más risas de las que he tenido en los últimos meses.
Durante los siguientes días, conduje por las siempre nubladas Irlandas, disfrutando de los caminos secundarios en la costa y tierra adentro. Visite lugares icónicos como Giant’s Causeway, The Dark Hedges, Cliffs of Moher, y también encontré joyas ocultas como el Parque Nacional de las Montañas Wicklow.
Irlanda, esta aventura habia comenzado en este país hace 4 meses cuando llegue a Cork. Tendría sentido terminar un viaje en el lugar donde comenzo, esa era la idea original, pero muy pocas cosas sucedieron acorde al plan en esta aventura; aun restaban 2 meses antes de cerrar este ciclo y volver a casa.
En Rosslare, tome el ferry a Gales y me dirigí hacia el Eurotunel, completando asi un circuito alrededor del Reino Unido. Disfrute de mi ultimo atardecer en una colina sobre viendo un horizonte teñido en tonos rojizos. No sabia donde pasaria esa noche, pero el tren a Francia la mañana siguiente partia a las 6am. Mire alrededor, y observe un pequeño parche de arboles junto a este mirador. No estaba lo suficiente aislado como para acampar de manera segura, pero ya era tarde, la mañana siguiente debia despertar antes del amanecer, y ese dia no habia sido el mas emocionante, asi que decidí acampar ahí, escondido por unos cuantos arboles, junto al mirador.
Cuando estaba en casa, antes de aventurarme a Europa, contemplaba este viaje y los lugares que visitaría. Ciudades como Londres, Liverpool, Glasgow, y Dublín seguro estaban en mi mente. Y ahora, conduje por el Reino Unido y no visite ninguna de ellas. Elegí ir a lugares que quería ir; esas grandes ciudades siempre estarán ahí, y dudo que puedan volverse mas densas todavía, asi que las visitaré en otra ocasión. Sin embargo, la oportunidad de explorar las esquinas del Reino Unido sobre dos ruedas no sucede tan fácilmente, y sacarle provecho era prioridad.
Que inspiración hermano. La simpleza de la naturaleza es más rica que el ruido de la ciudad. Gracias por compartir tu experiencia.