La Paz, Baja California: Sin combustible
Octubre 3, 2014 – Octubre 5, 2014
La Paz, Baja California ($3,800 mxn)
Mientras Dominic y su motocicleta sedienta por gasolina esperaban, Tom y yo buscamos a alguien que nos vendiera combustible. Nos encontrábamos en un diminuto pueblo, en algún lugar entre San Evaristo y La Paz, Baja California Sur. No había gasolineras aquí; era un pequeño pueblo de calles de tierra, con los patios de algunas casas convertidos en tienditas. No tuvimos suerte encontrando gasolina, así que nos aventuramos con el poco combustible que quedaba en los tanques, esperando que fuera suficiente para llevarnos a La Paz. Una vez que estábamos lo suficiente lejos de aquel pueblito, pero aún no lo suficiente cerca de La Paz, la motocicleta de Dominic por fin se rindió. Tom y yo aún teníamos un poco de combustible en nuestros tanques.
Decidimos vaciar la gasolina de Tom en mi tanque, asegurar el tanque vacío de Dominic a mi motocicleta, y conducir yo solo hacia La Paz, llenar ambos tanques con gasolina y regresar por Tom y Dominic. Poco antes de ejecutar ese plan, una camioneta se detuvo y nos ofreció ayuda. Dos hombres salieron de aquel vehículo, uno de ellos parecía trabajar para el otro ya que recibía órdenes del caballero vestido en pantalones de mezclilla, botas vaqueras, y una camisa ranchera roja de manga larga a cuadros y de botones. Resulta que este hombre tenía una compañía de maquinaria pesada en aquel diminuto pueblo por el que habíamos pasado. El señor de camisa ranchera le ordenó a su ayudante que bajara un gran contenedor lleno de gasolina que tenían en su camioneta y vertió 3 galones de combustible en cada uno de nuestros tanques, sin duda más de lo que necesitábamos. Después nos guiaron por el camino hasta la siguiente gasolinera en La Paz. Después de llenar los tanques, el Sr. Ranchero se rehusó a aceptar nuestro dinero como pago por su gasolina y ayuda; simplemente dijo “adiós” y se marchó de vuelta a su pueblo.
Ya había transcurrido un mes completo desde que comenzamos con esta aventura y apenas llegábamos a La Paz, alistándonos para dejar la península de Baja California. Se suponía que esta aventura seria de 4 meses viaje redondo de San Diego a Panamá y vuelta. Ya era evidente que no cumpliríamos con el tiempo previsto. Decidimos no visitar todo lo que había al sur de La Paz, ya que el Huracán Odile dejo grandes daños, y se rumoraba que personas eran asaltadas por agua y comida. Lugares como el Parque Nacional Cabo Pulmo y sus maravillas tendrían que esperar para otra ocasión.
Después de una semana sin una ducha apropiada, una de dos cosas había ocurrido: 1) Ya no tenía ese olor característico de una falta de baño o 2) Ya no podía percibirlo. Cualquiera que fuera, era tiempo de una ducha caliente y una cama cómoda donde dormir, así que optamos por quedarnos en un hotel de La Paz por las próximas dos noches.
La Paz en sí, tenía atracciones tanto en tierra como en el mar. Un lindo malecón, lleno de bares, restaurantes, clubes nocturnos, cafés con música en vivo, y ocasionalmente un cuadrilátero con lucha libre. En el mar, estoy seguro que hay excelente pesca y buceo alrededor de la Isla Espíritu Santo, además de nadado con tiburón ballena y otras criaturas de mar. Por esta vez, nos mantuvimos con los pies en la tierra y recuperamos las energías que la última semana había drenado.
En una publicación anterior, compartí haber visto a ciclistas en la carretera de la península y como una equivocación en su ruta podría afectar sus planes gravemente. En La Paz, mientras esperamos afuera de un súper mercado que pasara una llovizna, conocimos un par de hermanos que viajaban en bicicleta con dirección al sur. La lluvia nos dio tiempo de compartir experiencias, comparar modos de transporte, e intercambiar información acerca de los lugares venideros. Ellos también tomarían el ferry de La Paz a Sinaloa. Sin embargo, el ferry solo viajaba a la ciudad de Los Mochis por ahora, y ellos buscaban llegar a Mazatlán, unas 250 millas más al sur. Para nosotros, nos seria sencillo montar las motocicletas, girar el acelerador y recorrer esa distancia en un día. Para ellos y sus bicicletas, significaba varios días de esfuerzo y recursos, así es que buscarían la forma de convencer a una embarcación privada de que los llevara hasta Mazatlán. No los volví a ver en nuestro ferry, supongo que consiguieron lo que buscaban o viajarían otro día.
Mientras esperábamos el ferry, una vez que pasamos aduanas, y la revisión de nuestros documentos así como los de las motocicletas, conocimos a Thomas y su motocicleta BMW de 800cc. Thomas y su motocicleta volaron desde Alemania hacia Alaska en busca de completar la épica ruta de Alaska – Patagonia. Nos explicó que el tiempo total asignado para su ruta ¡consistía de 6 meses! Comparando esto con nuestro itinerario ligero de 4 meses viaje redondo de San Diego a Panamá, Thomas necesitaría que recorrer increíbles distancia cada día para mantenerse al corriente. Supongo que todo se reduce a lo que cada quien busca obtener de su travesía. No hay respuesta correcta o incorrecta al escoger entre cubrir mayor distancia o tomar su tiempo en el recorrido. Durante mis viajes, conocí personas que llevaban años en la carretera, comprobando que el tiempo es relativo en este sentido.
Con eso, conducimos nuestras motocicletas a este edificio flotante que era el ferry, aseguramos las motocicletas con correas, y nos dirigimos a las cabinas para una noche muy incómoda en este ferry de noche con dirección a Los Mochis, Sinaloa. El resto de México prometía ser totalmente distinto a la península de Baja California, en todos los aspectos. Baja California Sur es el estado de México con menor población, con pueblos y ciudades tan lejos uno de otro que uno puede encontrar un sitio para acampar en cualquier lugar a lado de la carretera. Sin embargo, el resto de la república, tiene una población más densa, las ciudades son más grandes y encontrar un lugar aislado donde acampar necesitaría de más tiempo para encontrarlo, lo cual se traduce a más noches en hoteles. Como parte de la aventura, esperé con anticipación los eventos inesperados que este cambio traería